La llegada de cruceros a las Baleares ha crecido un 6,7% en comparación con el año pasado. Esto puede sonar a fiesta y celebración, pero detrás de este aumento se esconden muchas preguntas que deberíamos hacernos. Mientras algunos ven el crecimiento del turismo como una oportunidad, otros temen que nuestras islas se conviertan en un monocultivo turístico, donde la esencia de lo que somos se pierda.
Impacto real en la comunidad
Nuestra gente vive esto día a día. Las calles llenas de turistas pueden parecer un buen negocio, pero ¿a qué precio? Las familias locales luchan por mantener su forma de vida mientras los precios suben y el acceso a servicios básicos se complica. Además, no podemos ignorar la presión sobre nuestros recursos naturales y culturales. Es una balanza delicada que muchos ignoran.
No es solo números; son vidas reales las que están en juego. Por eso debemos preguntarnos si este crecimiento es realmente sostenible o si estamos tirando a la basura lo que nos hace únicos.

