La situación se ha vuelto tensa en Palma tras una manifestación en solidaridad con la Flotilla de Gaza. Cuatro miembros del colectivo Aurora han sido detenidos por la Policía Nacional, y esto ha desatado una ola de indignación entre los presentes. La protesta, que pretendía ser un acto pacífico, se transformó rápidamente en un escenario de represión.
Una lucha por la justicia
La comunidad se siente cada vez más frustrada. «No podemos quedarnos callados ante lo que está pasando», decía uno de los manifestantes mientras sostenía una pancarta llena de mensajes esperanzadores. Pero esa esperanza se ha visto empañada por las detenciones; muchos afirman que esto es solo el comienzo de un problema mucho mayor.
No es solo una cuestión política; aquí estamos hablando de personas, familias y sueños que están siendo pisoteados. La represión nunca es la respuesta adecuada, y la ciudadanía no tiene miedo a alzar su voz. Este episodio en Palma es un recordatorio claro: cuando algo no va bien, nosotros debemos actuar.

