El pasado fin de semana, el Mallorca dejó un sabor agridulce tras su enfrentamiento contra el Villarreal. La propuesta de Jagoba Arrasate fue audaz, y aunque la victoria se les escapó, hay razones para sentir una chispa de optimismo. Lo más justo habría sido un empate, pero así es el fútbol.
Se notó un cambio en la estrategia: menos juego estático y más movilidad en ataque. Aunque esto restara efectividad, hay que destacar que Samu Costa, un centrocampista defensivo, fue quien logró marcar. Este chico no solo da lo mejor de sí en cada jugada; se sacrifica por sus compañeros y ahora también está contribuyendo con goles. Es admirable verlo correr y luchar en cada balón.
Brotes verdes en la temporada
A medida que avanzamos por la temporada, parece que el equipo ha comenzado a comprender que los cambios no llegarán de la noche a la mañana. Han decidido ponerse las pilas para alejarse de esa zona peligrosa donde tanto tiempo han estado atrapados. Faltan puntos por conseguir, pero si continúan jugando así, estoy convencido de que los resultados vendrán.
A pesar del doble error de Raíllo en el segundo gol rival, donde rompió el fuera de juego y luego entregó el balón al adversario sin quererlo, se siente que la defensa ha recuperado su solidez. La próxima cita ante Osasuna será crucial; ambos equipos pelean por evitar caer en ese pozo oscuro. Hay motivos para estar atentos a esos brotes verdes que comienzan a asomarse entre las sombras del campeonato.

