En la oscura madrugada del pasado viernes, un grupo de más de 60 hombres armados irrumpió en la escuela católica de St. Mary, situada en el estado de Níger, Nigeria. La Asociación Cristiana de Nigeria (CAN) ha confirmado este sábado que el número total de víctimas asciende a 303 alumnos y 12 profesores. Una cifra escalofriante que nos deja sin aliento.
El reverendo Bulus Dauwa Yohanna, presidente de la sección local de la CAN, compartió con los medios esta actualización preocupante. A pesar de que al principio se pensaba que algunos estudiantes habían logrado escapar, tras hacer un censo se descubrió que esos mismos niños y niñas también habían caído en manos de sus captores. “Nos llamó la atención que algunos padres vinieran a preguntar por sus hijos cuando creíamos que estaban a salvo”, comentó con voz temblorosa el reverendo.
Una pesadilla interminable
Así es como, entre lágrimas y desconsuelo, se revela que ya son 315 las personas secuestradas: 303 estudiantes, tanto chicos como chicas, junto a 12 profesores, cuatro mujeres y ocho hombres. Esta escuela albergaba a un total de 629 alumnos; 430 en primaria y 199 en secundaria. Sin embargo, esa mañana todo cambió para siempre.
Sigue habiendo mucha incertidumbre sobre lo ocurrido. Fuentes locales han indicado que los atacantes llegaron en motocicletas y una furgoneta, dejando tras de sí no solo miedo sino también una grave herida: el portero del centro educativo recibió varios disparos durante el asalto. Nadie ha asumido la responsabilidad del ataque hasta ahora, aunque las fuerzas del orden no descartan que detrás esté uno de esos grupos criminales conocidos popularmente como ‘bandidos’, cuya violencia es tan extrema como su ansia por el dinero fácil.

