La música siempre ha sido un refugio, y Alejandro Sanz lo sabe bien. En su reciente álbum, ‘¿Y ahora qué +?’, el artista madrileño se presenta más cercano que nunca, mostrando una faceta refrescante y llena de inspiración. Este trabajo no es solo una colección de canciones; es un viaje emocional a través de sus experiencias y conexiones con el mundo. Con siete temas nuevos en comparación con su anterior epé, ‘¿Y ahora qué?’, Sanz se aleja del brillo de las superproducciones para abrazar un sonido más auténtico.
Un álbum que respira frescura
La forma en que Alejandro ha decidido lanzar su música es todo un reflejo de los tiempos que corren: un goteo constante de singles y este nuevo álbum que llega como una bocanada de aire fresco. Desde el primer adelanto, ‘Palmeras en el mar’, ya nos dejaba entrever ese deseo de simplicidad sonora que caracteriza esta etapa. Nos encontramos ante un Sanz que se despoja del exceso, dejándonos escuchar la esencia pura de su voz acompañada por melodías sutiles y ritmos cautivadores.
Las letras también son protagonistas aquí. Temas como ‘Las guapas’, donde la crítica social se mezcla con ritmos tropicales, nos hacen reflexionar sobre la belleza y sus consecuencias. Y no podemos olvidar la colaboración con Rels B en ‘No me tires flores’, donde el juego entre generaciones se siente natural y fluido.
A medida que avanzamos por el disco, encontramos joyas como ‘Mil motivos’, un dueto con Carín León que explora territorios poco convencionales para Sanz. La magia ocurre cuando une lo digital con lo acústico; cada nota parece contar una historia propia.
Cerrando este ciclo musical está ‘Qué injusto’, donde recuperamos al Sanz más emotivo, capaz de tocar fibras sensibles con sus baladas desnudas. Así es cómo Alejandro desafía las expectativas: demostrando que los artistas pueden evolucionar sin perder su esencia.

