MADRID 21 Nov. (EUROPA PRESS) – Hoy, el Ejército israelí ha comunicado una noticia desgarradora: cinco presuntos integrantes del movimiento Hamás han perdido la vida en bombardeos en Rafá, al sur de Gaza. Estos hombres habrían emergido de un túnel en el este de la ciudad, justo dentro de esa llamada ‘línea amarilla’ donde las tropas israelíes se habían replegado tras un acuerdo que prometía una tregua.
En su declaración, las Fuerzas Armadas israelíes señalaron que identificaron a estos individuos saliendo de lo que describen como una infraestructura subterránea terrorista. Su acercamiento a los soldados desplegados allí representaba, según dicen, una amenaza inmediata. Como respuesta, la Fuerza Aérea lanzó un ataque coordinado para eliminar a estos hombres.
La situación se complica
A pesar del silencio del grupo islamista palestino sobre esta tragedia, las autoridades israelíes estiman que entre cien y doscientos militantes pertenecientes a las Brigadas Ezeldín al Qasam podrían estar escondidos en esos túneles bajo control militar. La angustia persiste; aún no hay un acuerdo claro que permita su traslado seguro hacia áreas donde anteriormente estaban presentes las fuerzas israelíes. Esto se hace aún más crítico tras el alto el fuego que comenzó el 10 de octubre y que prometía una pausa en esta horrorosa espiral de violencia.

