En una noche llena de emoción y camaradería, el presidente del Getafe, Ángel Torres, se subió al escenario de la tradicional gala del Sentimiento azulón. Allí, entre aplausos y vítores, celebró los logros de su equipo. Djené y Mauro Arambarri fueron reconocidos por su impresionante rendimiento en la última temporada. El ambiente era festivo, pero también reflexivo.
Palabras de un líder
Durante su intervención, Torres no se anduvo con rodeos. Habló claro sobre el futuro del club y el estado de las obras que prometen un estadio moderno para todos los aficionados. «Las obras están algo retrasadas», admitió sin tapujos. «Es frustrante ver que solo hay 40 obreros trabajando cuando deberían ser 180». Pero mantuvo la fe: «Sufriremos estos 28 meses, pero al final tendremos un campo digno».
No pudo evitar hablar de José Bordalás. Con sinceridad, afirmó: «Está en su casa y a gusto. Mientras él quiera seguir, lo hará». Para Torres, es crucial que el técnico decida su futuro una vez asegurada la salvación del equipo. Agradeció todo lo que ha hecho Bordalás por el Getafe y dejó claro que siempre habrá espacio para él si así lo desea.
También hubo tiempo para comentar rumores sobre la venta del club: «He vendido el club varias veces según dice la prensa», ironizó Torres. «La decisión será mía cuando llegue el momento». En resumen, la gala fue más que una simple celebración; fue una declaración de intenciones y un recordatorio del compromiso inquebrantable hacia los colores azulones.

