El pasado 19 de noviembre, la joven cineasta mallorquina Jelwen Arconado se alzó con el primer premio a Mejor Dirección en la 15 edición de los Villanueva Showing Awards, conocidos como los «Goya universitarios». Su cortometraje Ikaw Mag-Sabi, que relata la emotiva historia de una niña filipina que actúa como intérprete para su madre inmigrante, conquistó tanto al jurado como a los demás finalistas en una competición donde se presentaron más de 1.300 trabajos.
Un galardón que abre puertas
Este prestigioso reconocimiento no solo le otorga a Arconado 5.000 dólares, sino también la distribución internacional de su obra por parte de Methos Media. Este impulso es crucial para una creadora que da sus primeros pasos en el mundo audiovisual. El galardón destaca la sensibilidad y madurez con las que aborda un tema tan cercano: esa “carga invisible” que llevan muchos niños al mediar entre culturas y lenguas dentro de sus familias.
Al recibir el premio, Jelwen compartió su alegría con todos: “Estoy súper agradecida, ha sido un honor. Como vengo de Mallorca, ya os podéis imaginar lo mucho que me he gastado para venir hasta aquí”, bromeó en medio del aplauso generalizado. Con humildad, añadió: “Es mi primer trabajo y estoy muy feliz por haberlo presentado”. No esperaba ganar y eso hace aún más especial este momento.
En una charla posterior con Diario de Mallorca, Jelwen reflexionó sobre su experiencia en Madrid: “Ha sido brutal y muy enriquecedora. Llegué nerviosa porque sabía que tal vez no ganaría la votación popular, pero tenía fe en mi obra”. Acompañada por parte del equipo técnico y algunos compañeros, lamentó la ausencia de la actriz principal; “La niña protagonista no pudo venir porque tiene clase. Está feliz por nuestra victoria aunque triste por no estar aquí”, explicó.
A pesar del nerviosismo durante su intervención en el escenario —donde admitió haberse trabado un poco—, comparte cómo esa tensión fue superada por una alegría inmensa: “La verdad es que estoy muy feliz”, concluyó.

