Este viernes, 21 de noviembre, el Rívoli Aficine se llenará de risas y reflexiones con Juan Carlos Ortega, un humorista que reivindica su lugar en el mundo de la radio. Actuando dentro del Festival FesJajá, Juan nos comparte sus pensamientos sobre lo que significa para él estar rodeado de más de 50 cómicos. «Siempre he tenido esa sensación de soledad en mi trabajo, pero al ver a tantos compañeros, me doy cuenta de que no estoy solo en esto».
Un Viaje entre la Radio y el Escenario
Pero, ¿cómo logra trasladar la esencia del estudio radiofónico a un escenario como este? «En medio del show hay un locutorio que crea una atmósfera casi mágica. Aunque hay momentos para publicidad donde aprovecho para hacer parte del espectáculo», confiesa. Esto le permite jugar con la idea de que su actuación no es solo un monólogo, sino una experiencia dinámica.
Respecto a lo nuevo que ofrece esta vez a su público mallorquín, revela con sinceridad: «Probablemente el 80% es material fresco desde mi última visita. Cada mes cambio algo; cuando me canso de un sketch, lo sustituyo por otro». Sin embargo, eso también trae complicaciones porque muchos creen que siempre presenta un show completamente nuevo.
La perfección está muy presente en su trabajo: «Todo está medido al milímetro», dice con modestia. Aunque deja un pequeño margen para improvisar durante sus interacciones con el público. Este detalle refleja su dedicación a ofrecer calidad a quienes pagan por verlo en directo.
A lo largo del espectáculo da vida a varios personajes; sin embargo, aclara: «No creo que mis personajes se ‘jubilen’, soy consciente de que son voces creadas por mí». Se ríe al considerar cuántos tiene realmente: «Solo tengo cinco o seis registros vocales», dice mientras gesticula como si fuera uno más de esos personajes tan peculiares.
Finalmente, reflexiona sobre el amor y el enamoramiento como temas recurrentes en sus shows: «Me gusta llevarlos al extremo; quizás eso sea lo más interesante». Y aunque no promete hacer olvidar los problemas durante hora y media, sí espera dejarles una sensación agradable: ‘Espero que salgan diciendo: ha estado bien’. Al fin y al cabo, eso es lo verdaderamente valioso para él.

