La madrugada del 15 de octubre nos dejó una historia que no se puede ignorar. En el hospital Son Espases, un hombre decidió lanzar un bote de humo en la unidad de Pediatría, generando pánico entre los allí presentes y causando lesiones a tres policías locales que estaban realizando su labor. Este acto impulsivo le ha costado caro: ha sido condenado a un año y tres meses de prisión, además de tener que pagar 1.800 euros en multas.
Una decisión difícil para todos
A pesar de la gravedad de lo sucedido, su abogada logró llegar a un acuerdo con la Fiscalía antes del juicio, lo que resultó en la suspensión de la pena privativa de libertad. ¿La razón? El acusado, un español de 37 años con discapacidad reconocida, no entrará en prisión tras aceptar los hechos ante el juzgado.
Volviendo al incidente, todo comenzó cuando este hombre lanzó el bote y salió corriendo del hospital. Tres agentes tuvieron que intervenir debido a las lesiones por inhalación sufridas. La situación se tornó caótica; él intentó escapar hacia Ocimax pero cambió dirección hacia la UIB. Fue interceptado por una patrulla que sufrió daños tras varios golpes del acusado.
Finalmente, una vez detenido, mostró resistencia ante los funcionarios. Desde aquel día fatídico se le impuso una orden de alejamiento respecto al hospital donde ocurrió todo esto. La magistrada dictó sentencia rápida y clara tras el acuerdo alcanzado antes del juicio. Una historia más que resuena en nuestra comunidad y nos recuerda lo importante que es reflexionar sobre nuestras acciones.

