Viajar es una aventura que muchos anhelamos, pero lo que no siempre se cuenta son las sombras que pueden acecharnos en el camino. Esto le ocurrió a Molly, una joven influencer de viajes, quien decidió compartir su historia tras regresar de un viaje por Sri Lanka. Aunque no se arrepiente ni culpa al país por lo vivido, sus palabras resuenan con la fuerza de una advertencia.
Un viaje lleno de sorpresas, pero también peligros
Molly describe cómo recorrer el mundo en solitario puede ser liberador y transformador. Sin embargo, este viaje estuvo marcado por un episodio inquietante que la hizo reflexionar. «Durante un trayecto en tuk-tuk, un hombre se acercó a mí y me pidió sexo, mostrándose ante mis ojos. Fue uno de esos momentos que te dejan helada», compartió con su comunidad online. Una experiencia así es capaz de sacudir incluso a la más valiente.
A pesar del miedo y la incomodidad, Molly fue rápida para reaccionar; encendió el motor y se alejó del lugar tan pronto como pudo. Esos instantes te hacen cuestionar tu seguridad y confianza mientras exploras nuevos horizontes. Sin embargo, es importante recordar que ese momento desafortunado no define a todo un país ni a toda una cultura.
En su mensaje posterior al incidente, Molly quiso dejar claro que no todos los hombres son iguales ni deben ser juzgados por las acciones de unos pocos. “Sri Lanka tiene gente maravillosa y hospitalaria”, enfatizó con cariño hacia aquellos que conoció durante su estancia. Su viralizado vídeo ha generado reacciones diversas; algunos lamentan lo sucedido mientras otros critican su decisión de viajar sola.
Molly reiteró su postura: «Un solo incidente no puede empañar toda una cultura ni hacerte dudar de tus sueños viajeros”. Hay algo poderoso en sus palabras: las mujeres deberían poder explorar el mundo sin temor alguno y sin tener que justificar sus decisiones ante nadie.

