El fútbol español ha vivido momentos inolvidables en los Mundiales, y cada camiseta que hemos visto sobre el terreno de juego tiene su propia historia. Desde el primer torneo en 1934 hasta la gloria del 2010, las elásticas han sido testigos de alegrías y decepciones. ¿Quién no recuerda ese debut mundialista? La selección llegó a cuartos, solo para caer ante Italia en un desempate que dejó un regusto amargo.
Un camino lleno de altibajos
A lo largo de los años, hemos visto grandes hazañas como aquella vez que alcanzamos la liguilla final, terminando cuartos en 1950, lo cual fue nuestro mejor resultado hasta hace poco. Sin embargo, no todo ha sido color de rosa; eliminaciones tempranas como aquella contra Checoslovaquia o Brasil nos recordaron que el camino es duro.
Y qué decir de la famosa maldición de cuartos… Aquella vez en 1986 cuando nos eliminaron por Bélgica en una tanda de penaltis tras un gran torneo de Butragueño. O esos fracasos donde incluso goleamos a Bulgaria pero no logramos avanzar. El fútbol puede ser cruel.
Años después, nos emocionamos al ver a España levantar su primer Mundial gracias al golazo de Iniesta ante Países Bajos. Pero la historia no se detiene ahí; también hemos tenido tropiezos significativos como las caídas ante Francia o Marruecos, dejando claro que siempre hay lugar para mejorar.
Ahora, mirando hacia adelante, estamos listos para ver una nueva piel debutar esta noche frente a Turquía. Con cada partido y cada camiseta puesta, seguimos soñando con escribir nuevos capítulos llenos de pasión y orgullo.

