En un giro inesperado y doloroso para muchos, el busto de Aurora Picornell ha sido objeto de vandalismo por segunda vez en solo un mes. Este acto no es solo una agresión a una estatua; es un ataque directo a nuestra memoria colectiva, a la historia que nos une como comunidad. ¿Hasta cuándo permitiremos que se tiren a la basura los símbolos de nuestro pasado?
Un reclamo constante por justicia
La figura de Picornell, conocida por su valentía y lucha por la igualdad, debería ser motivo de orgullo. Sin embargo, parece que hay quienes prefieren borrar su legado en lugar de aprender del mismo. Cada vez que vemos este tipo de actos, nos preguntamos: ¿qué mensaje estamos enviando? La indignación crece entre los ciudadanos, que ven cómo se vulnera un pedazo importante de nuestra identidad.
No podemos quedarnos callados ante estos ataques. Es hora de unirnos y defender lo que realmente importa. En tiempos donde todo parece tan frágil, necesitamos recordar quiénes somos y luchar contra aquellos que quieren destruir nuestras raíces.

