En Sant Agustí, la noticia ha recorrido los oídos de todos como un eco. «Han aparecido tres pavos reales decapitados en la verja del Poliesportiu Rudy Fernández», decían algunos. Pero, ¿quién podría creerlo? La redacción se puso manos a la obra, tratando de desentrañar este misterio surrealista que parecía sacado de una película de terror.
A pesar de horas de llamadas y correos, las pistas eran escasas. Sin embargo, la Policía Local de Palma tenía algo más que contar. No había rastro de pavos decapitados en sus informes, pero sí escuchaban las quejas resonar en el vecindario. Según los testimonios recogidos, unos 8 o 9 pavos reales causaban estragos en el día a día: llenaban las gradas del polideportivo con excrementos justo cuando se celebraba el Campeonato Nacional de Florete. ¡Menuda imagen!
Un problema que no se resuelve
Las denuncias llovieron sobre el propietario del polideportivo y sus usuarios durante dos años enteros. Mientras tanto, los animalitos seguían campando a sus anchas por las calles, convirtiéndose en protagonistas indeseables del lugar. En noviembre pasado, la policía ya había tomado cartas en el asunto ante situaciones desesperantes: «Defecan en las gradas, andan por las calles… son insufribles», decía uno de los vecinos.
Y así fue como llegó el día fatídico donde todo comenzó a desenmarañarse. La policía fue a hablar con el dueño de los pavos y él solo atino a decir: «Yo les doy comida, pero están por ahí». Su defensa dejó mucho que desear; al fin y al cabo, había hasta tres actas que reclamaban su responsabilidad para poner fin al problema. Con su actitud desafiante, incluso acabó insultando al agente, lo cual no ayudó mucho a su causa.
A pesar de múltiples intentos por parte de las autoridades para mediar entre ambos bandos —los vecinos y el propietario— estos animales siguieron haciendo lo que querían. Y aunque hicieron esfuerzos para retirarlos del lugar, misteriosamente desaparecieron sin dejar rastro alguno; eso sí, un día después seguían paseando libres por Sant Agustí.
Ahora queda la incógnita flotando en el aire: ¿serán estos pavos fantasmas? Lo cierto es que solo quedan seis y si hacemos cuentas correctamente… faltan esos tres presuntos decapitados. Pero hay más intriga aún; una vecina reveló que este mismo dueño amenazó con atropellar a un perrito tras recibir otra queja sobre sus aves.
La gran pregunta persiste: ¿acaso alguien cansado decidió tomar justicia por su mano? ¿O simplemente es una historia más tejida entre rumores? Nadie sabe qué ha sido realmente de esos pavos y ni rastro hay del escándalo rumorístico alrededor de ellos. Cuando hay río revuelto… ya sabemos cómo sigue la historia.

