Vedat Muriqi no está viviendo un parón de selecciones cualquiera. El delantero del Real Mallorca, que está demostrando su mejor nivel en la isla, tiene un objetivo claro: hacer historia con su país, Kosovo. Este es el momento para que la modesta selección, que él capitaneará con el número 7 en la espalda, consiga por primera vez una clasificación para un Mundial.
A sus 31 años y tras renovar su contrato hasta 2029, Muriqi llega a este punto dulce en su carrera. Con seis goles en doce jornadas de LaLiga, se encuentra a solo uno de igualar su marca anterior con el Mallorca y apunta alto. Su deseo es superar los 15 goles que anotó en su segunda temporada como bermellón. Ha recuperado su forma óptima y eso se nota; corre más ligero y ha vuelto a encontrar ese olfato goleador que tanto le caracteriza.
Una oportunidad dorada
El próximo Mundial se celebrará en México, Estados Unidos y Canadá y contará con 48 selecciones. Esto abre una puerta enorme para combinados menos potentes como el kosovar. Para Muriqi, esta podría ser su última oportunidad de jugar un Mundial y tanto él como el equipo están tan cerca de lograrlo.
Kosovo se encuentra actualmente en el Grupo B junto a Suiza, Suecia y Eslovenia. A pesar de ser considerados los más débiles del grupo, han sorprendido con resultados positivos que les permiten soñar con al menos alcanzar la repesca. En este momento crucial tienen 7 puntos; justo detrás de Suiza que lidera con 10. La situación es tensa pero emocionante: si no pierden contra Eslovenia esta noche, se asegurarían un lugar mínimo para luchar por esa ansiada repesca.
Con dos partidos por delante –el primero esta noche contra Eslovenia y el siguiente frente a Suiza en casa– las cuentas son claras: deben mantener la cabeza fría y jugar con determinación para lograr avanzar. Las posibilidades están ahí; incluso si Suiza cae ante Suecia podrían disputar un pase directo al último partido.
Muriqi es consciente del peso histórico que hay sobre sus hombros. Aunque los aficionados del Mallorca desean verlo regresar sano a casa tras este parón internacional, lo cierto es que está ante una oportunidad única que podría cambiar la historia del fútbol kosovar. Y él va a darlo todo por conseguirlo.

