MADRID, 14 de noviembre. El Gobierno ruso ha dado un paso al frente este viernes, dejando claro que la puerta sigue abierta a una cumbre entre Vladimir Putin y Donald Trump. Pero aquí viene el detalle importante: esta reunión tendría lugar en Hungría, siempre que se base en los resultados de esa charla tan esperada que tuvieron en Alaska hace unos meses.
Expectativas y realidades
Maria Zajarova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, no ha dudado en enfatizar su interés por celebrar una segunda cumbre. “Estamos listos para reunirnos en Budapest si realmente se fundamenta en lo que se discutió en Alaska”, aseguró con firmeza. Sin embargo, también lanzó un mensaje claro sobre la falta de comunicación entre los jefes de la diplomacia rusa y estadounidense desde aquella reunión. No ha habido contacto alguno entre Sergei Lavrov y Marco Rubio tras su conversación telefónica inicial.
Zajarova insistió en la necesidad de mantener el diálogo: “Es fundamental para abordar temas como la situación ucraniana y avanzar juntos”. Reconoció que las relaciones no han progresado tan rápido como Moscú esperaba desde que Trump volvió a la Casa Blanca este enero. A pesar de todo, hay señales positivas: “Sentimos un deseo significativo por parte de la nueva Administración para retomar las conversaciones”, concluyó durante una rueda de prensa celebrada en Moscú.

