El pasado jueves, la Associació de Veïns de Sa Calatrava dio la voz de alarma: los bellasombra de la plaza Llorenç Villalonga están en peligro. Sí, esos árboles que nos regalan sombra y frescura, y que ya el año anterior habían sido objeto de polémica tras la caída de algunas ramas. Edita Navarro, presidenta del colectivo vecinal, no ocultó su indignación: «estamos horrorizados. Van a cortar todos los árboles». Un grito sincero que refleja el sentir de muchos vecinos preocupados por lo que significa perder estos elementos naturales.
Un dilema entre seguridad y naturaleza
Desde el Ajuntament de Palma se han justificado diciendo que en la reciente Mesa Palma Verde se comunicó la intención de retirar y sustituir estos ejemplares por un supuesto riesgo. ¿Riesgo? Claro, pero ¿es realmente necesario sacrificar todo un bosque urbano? El año pasado ya retiraron varios debido a incidentes con ramas caídas, respaldados por un juzgado que destacó la responsabilidad del Consistorio para garantizar nuestra seguridad. Pero también es cierto que cada vez que hay una alerta meteorológica, se ven obligados a balizar la zona como medida temporal.
No obstante, las palabras del Consistorio son preocupantes. Afirman que cada vez que hay temporales surgen roturas considerables y eso pone en jaque tanto a los árboles como a nosotros. Su conclusión parece ser clara: si queremos eliminar totalmente el riesgo, hay que decir adiós a estos bellasombra.
Y así se nos presenta una decisión tomada sin apenas margen para escuchar a quienes viven alrededor. En esta mesa donde supuestamente debería reinar el diálogo y la participación ciudadana, se ha hablado más sobre nuestra seguridad que sobre el valor ecológico y emocional que tienen esos árboles en nuestras vidas.

