En el corazón de Mallorca, hay un día que siempre brilla con luz propia: el Dijous Bo. Este evento, que congrega a decenas de miles de personas, transforma las calles de Inca en un auténtico festival donde tradición y modernidad se dan la mano. A pesar de que esta mañana comenzó nublada, pronto el sol salió a saludar y la temperatura perfecta invitó a todos a disfrutar.
Una cita ineludible para los mallorquines
Desde bien temprano, alrededor de las 9:00 horas, el centro de Inca se llenó de vida. Muchos visitantes llegaron en tren, ansiosos por explorar más de 300 puestos que ofrecen productos locales como sobrasada, queso y vino. A lo largo de más de 8 kilómetros, los feriantes despliegan su mercancía: desde artesanía hasta ropa y maquinaria.
No solo es una oportunidad para comprar; también es un momento para celebrar nuestras raíces. La presidenta Marga Prohens y el alcalde Virgilio Moreno no quisieron perderse la ocasión y asistieron para mostrar su apoyo. “Invitamos a todos a disfrutar con nosotros”, dijo Moreno mientras recordaba la importancia del dispositivo de seguridad ante la gran afluencia esperada.
Este año, además, hay una nota curiosa: pese a las restricciones por la gripe aviar en otras partes del país, aquí en Baleares podemos ver aves de corral expuestas gracias a que no estamos en zona de riesgo. En la Plaza des Bestiar nos encontramos con pavos y ocas que atraen miradas curiosas.
A medida que avanzaba el día, muchos se acercaron también al mercado agrícola donde se exhiben desde pequeñas barcas hasta elementos relacionados con nuestra cultura marítima. Y mientras tanto, en el Claustro de Sant Domingo se celebra una exposición dedicada al ferrocarril en Mallorca, ¡un guiño perfecto para recordar nuestro pasado!
Así transcurre este Dijous Bo: entre risas, compras y un ambiente festivo que nos recuerda lo mejor de nuestras tradiciones. Sin duda alguna, Inca brilla hoy más que nunca.

