En un mundo donde la estética parece tener más peso que la salud, nos encontramos con la historia de Andy Hao Tienan, un joven influencer chino que ha decidido dar un paso radical para conseguir ese cuerpo soñado. Con una inyección de ácido hialurónico, este chico se ha gastado nada menos que 4 millones de yuanes, alrededor de medio millón de euros, para marcarse unos abdominales que muchos envidiarían.
La presión por estar en forma puede ser abrumadora. Todos sabemos que mantener un estilo de vida saludable implica esfuerzo: hacer ejercicio, comer bien y descansar lo suficiente. Pero cuando los resultados no llegan al ritmo esperado, algunos optan por soluciones drásticas. Así fue el caso de Andy, quien tras varias frustraciones decidió inyectarse 40 dosis del famoso ácido en su abdomen, clavículas y pecho. Y no solo eso; está tan satisfecho con el resultado que ya planea romper récords Guinness: “Si mis abdominales siguen intactos en tres años, me presentaré como el poseedor del récord de los abdominales artificiales más duraderos”. ¿Quién pensaría en algo así?
Peligro a la vista
Aunque él se muestra orgulloso de su decisión —“los músculos no crecen en los cobardes”, dice— hay voces expertas advirtiendo sobre los riesgos graves a largo plazo de esta práctica. Desde erosión ósea hasta problemas circulatorios pueden ser consecuencias fatales de querer lucir perfecto a toda costa. Pero para Andy esto parece no ser una preocupación; su meta es alcanzar las 10.000 dosis. Un dato inquietante si pensamos en lo importante que es cuidar nuestro cuerpo.
Por ahora, el influencer vive su sueño estético y asegura que todo se ve natural gracias a sus tratamientos. Sin embargo, nos queda preguntarnos: ¿vale realmente la pena arriesgar tanto por cumplir con estándares impuestos? La historia de Andy invita a reflexionar sobre hasta dónde estamos dispuestos a llegar por una imagen idealizada.

