La tragedia ha golpeado a Palma con un incendio que ha dejado a catorce heridos en un centro de menores. Un suceso que nos hace reflexionar sobre la seguridad y el bienestar de nuestros jóvenes. Los vecinos no pueden quedarse callados, y muchos se preguntan: ¿cómo hemos llegado a este punto? No es solo una cuestión de llamas, sino de vidas afectadas y familias preocupadas.
Una comunidad en estado de alerta
En Son Sardina, el malestar es palpable. La comunidad se une para protestar no solo por el incendio, sino también por las decisiones erráticas que afectan su entorno. Es hora de que las autoridades escuchen. «No podemos seguir tirando a la basura nuestras preocupaciones», dice uno de los vecinos entre lágrimas.
A medida que el humo se disipa, quedan preguntas sin respuesta. ¿Qué medidas se están tomando para evitar que esto vuelva a suceder? La preocupación va más allá del fuego; hay un sentimiento generalizado de abandono por parte de quienes deberían protegernos.

