En el corazón de Manacor, un edificio ha sido precintado debido al peligro inminente de que se derrumbe. La noticia no solo nos deja con un sabor amargo, sino que también despierta inquietud entre los vecinos que, día tras día, caminan por esa zona. ¿Cómo es posible que lleguemos a este punto? Nos preguntamos todos.
Un riesgo que no podemos ignorar
No es la primera vez que escuchamos sobre edificios en mal estado, pero este caso resuena con fuerza. La comunidad siente una mezcla de impotencia y frustración ante esta situación. Mientras tanto, las autoridades parecen estar más centradas en otros asuntos. Sin embargo, la seguridad debe ser lo primero. La pregunta que nos ronda es: ¿cuántos más están al borde del colapso?
A medida que se suceden los acontecimientos, vemos cómo el debate sobre la gestión del patrimonio arquitectónico local vuelve a tomar protagonismo. Es hora de actuar y poner fin a este monocultivo turístico que ha dejado en segundo plano nuestras raíces y nuestros edificios históricos.

