El Gran Premio de Brasil fue un momento crucial para Franco Colapinto, quien se encontraba en una encrucijada entre la emoción de su renovación con el equipo Alpine y la frustración por no haber podido brillar en pista. La noticia de que sería compañero de Pierre Gasly para la próxima temporada debería haber sido motivo de celebración, pero la realidad del circuito se impuso.
Un fin de semana agridulce
«Fue un fin de semana complicado; pero estoy más tranquilo», confesó Colapinto después de una carrera donde el ritmo del coche lo dejó rezagado. Aunque había empezado con buenas expectativas, después del accidente en la carrera sprint, las cosas se torcieron rápidamente. El argentino reconoció que el cambio de chasis no ayudó en absoluto: «No teníamos mucho ritmo y eso nos pasó factura», dijo visiblemente afectado.
A pesar del mal resultado, saber que tiene asegurado su puesto para 2026 le da un respiro. «Me hace feliz tener esta oportunidad. Estoy deseando que llegue el próximo año, aunque quiero cerrar este 2025 lo mejor posible», compartió con un brillo renovado en los ojos. Sin embargo, las palabras sobre el desafío que enfrentó durante el GP resonaron con fuerza: «Todo se volvió más difícil después del accidente; comenzamos con un auto muy competitivo, pero tras lo sucedido nos costó mucho recuperar el terreno perdido».
Así es como Franco Colapinto vive intensamente cada momento, consciente tanto de sus logros como de sus tropiezos. Con sueños por cumplir y retos por delante, este joven piloto sigue adelante, listo para enfrentarse a lo que venga y decidido a dejar huella en su camino hacia la grandeza.

