En la pintoresca localidad de Sóller, dos conductores se encontraron en serios problemas tras verse involucrados en sendos accidentes que no solo pusieron en riesgo sus vidas, sino también las de quienes los rodeaban. La Policía Local, al llegar al lugar de los hechos, no tardó en darse cuenta de que la situación era más complicada de lo que parecía.
Un giro inesperado en la carretera
El primer incidente tuvo lugar cuando un Mini Cooper decidió desafiar a una pared y terminó volcado en medio de la carretera. ¿El resultado? Un conductor que dio positivo en el test de alcoholemia con un alarmante 0,99 mg/l, lo que equivale a cuatro veces más del límite permitido. Este imprudente al volante fue detenido sin pensarlo dos veces.
No pasó mucho tiempo para que otro conductor tuviera su propio accidente con un Volkswagen. Salió de la carretera y chocó contra una pared. Pero lo peor estaba por venir; cuando llegó la Guardia Civil, se encontró con un grupo de diez amigos del conductor increpando a los agentes. La tensión era palpable y una persona incluso llegó a agredir a un guardia civil, lo que le costó una detención.
Al final del día, el segundo conductor también terminó bajo arresto por conducción temeraria: resultó positivo con 0,62 mg/l y, como si eso no fuera suficiente, ni siquiera tenía carné para estar al volante. Sus amigos no salieron ilesos tampoco; fueron denunciados por insultar a los funcionarios y negarse a identificarse. Una jornada caótica que nos recuerda cuán importante es ser responsables al conducir.

