Valencia se prepara para acoger el regreso de Maverick Viñales, un piloto que ha vivido un auténtico infierno este 2025. Tras perderse ocho Grandes Premios debido a lesiones que le han tenido al borde del abismo, el de Roses vuelve a subirse a la moto en un circuito que le trae recuerdos y sensaciones. La lluvia puede ser una aliada o una enemiga, pero lo cierto es que la ilusión por volver está más presente que nunca.
Un camino lleno de obstáculos
La historia de Viñales este año no ha sido nada sencilla. Desde su debut con KTM, donde mostró destellos de su talento con un podio en Qatar —aunque luego anulado— hasta fuertes caídas que le dejaron fuera de combate durante semanas. Su primer gran golpe llegó en Sachsenring; una caída brutal le pasó factura y marcó el inicio de su calvario físico. Las cosas no mejoraron en Japón y, finalmente, tuvo que bajarse nuevamente de la moto en Indonesia.
A pesar del sufrimiento, el proceso de recuperación parece haber dado sus frutos. Maverick está listo para volver a la acción y sumar puntos vitales para KTM. Con solo 72 puntos y clasificado en un modesto 17º lugar, cada carrera cuenta para él ahora más que nunca. Valencia es su oportunidad para demostrar que aún queda Maverick para rato.
No olvidemos que la vuelta de Viñales también significa cambios en el equipo: Pol Espargaró regresa a su rol como piloto reserva tras haber brillado en las pocas oportunidades que tuvo este año. El ambiente dentro del equipo es optimista; están listos para luchar por algo grande y saben que contar con Viñales puede ser clave para alcanzar esa meta.

