El Gran Premio de Brasil nos dejó un sabor agridulce, y no precisamente por el ambiente festivo que suele rodear estas carreras. Ferrari se marcha de Interlagos con su tercer ‘0’ doble de la temporada 2025, un golpe durísimo que lo sitúa en el cuarto puesto del Mundial de Constructores. Lewis Hamilton, visiblemente frustrado, decía: «Es un desastre para nosotros. Molesto para todos los que formamos el equipo». La situación empieza a ser insostenible.
Un declive sin fin
Lo que parecía ser una mejora tras los podios conseguidos en Estados Unidos y México se ha convertido en una caída libre. Charles Leclerc, quien había arrancado bien desde la parrilla de Sao Paulo, se encontró con una carrera llena de obstáculos. Ni él ni Hamilton pudieron terminarla; ambos fueron víctimas de infortunios que solo reflejan el caos que reina en Maranello. Y es que ya son tres Grandes Premios este año sin puntuar: China por descalificación y Holanda por accidentes han dejado a la Scuderia con más sombras que luces.
A medida que avanza la temporada, resulta cada vez más complicado ver algo positivo en el SF-25. Este coche parece tener vida propia; hundiéndose en clasificatorias pero mostrando destellos durante las carreras. En Brasil, las cosas no podían ir peor: Hamilton recibió golpes desde el principio y tuvo que abandonar antes de tiempo. Por su parte, Leclerc fue víctima del rebote tras un intento fallido de Piastri.
Afrontar esta realidad es duro, y aunque Hamilton intenta mantener el optimismo diciendo: «Lo intento… Hay rendimiento», sus palabras están cargadas de incertidumbre. «En este momento, solo puedo creer que algo va a llegar después de todo esto», añade casi como un mantra para calmarse ante la tormenta.
Los dos pilotos siguen buscando respuestas sobre su KO en Sao Paulo. Para Hamilton no hay muchas dudas; simplemente no había espacio suficiente en esa curva mortal y le tocó pagar las consecuencias. Mientras tanto, Leclerc cuestiona si Piastri actuó con responsabilidad al tomar ese interior tan arriesgado.
Aquí estamos, viendo cómo Ferrari tropieza una vez más mientras sus rivales avanzan implacables hacia delante. La pregunta queda flotando en el aire: ¿será capaz Ferrari de levantarse alguna vez o este será su nuevo destino? El tiempo lo dirá.

