En el mundo del fútbol, cada punto cuenta y el Real Mallorca lo sabe muy bien. Con solo nueve puntos en once partidos, el equipo bermellón se encuentra en una situación delicada. El tiempo corre y, con seis partidos aún por jugar antes de que termine el año, queda claro: hay que duplicar la puntuación si no queremos que la segunda vuelta se convierta en una odisea digna de los grandes dramas deportivos.
Un camino lleno de desafíos
A medida que avanza la temporada, los números son implacables. La salvación generalmente ronda los 40 puntos, y para llegar a esa cifra desde un inicio tan titubeante, los hombres de Jagoba Arrasate tendrán que espabilar rápidamente. Este domingo, su primer reto será frente al Getafe a las 18:30 horas (Movistar), un equipo complicado que ya les dejó sin opciones de soñar con Europa el año pasado.
Después llegará un viaje a La Cerámica para enfrentarse al Villarreal, donde la memoria aún duele tras recibir cuatro goles en apenas siete minutos la pasada temporada. Luego estará Osasuna, un rival directo que también navega por aguas turbulentas esta Liga. Y así seguirá este calendario apretado, con encuentros cruciales como visitar al Oviedo o recibir al sorprendente Elche y al Valencia.
No hay margen para errores; cada partido es una final y si no empiezan a sumar de tres en tres, la segunda parte de la competición podría tornarse verdaderamente complicada. En este momento crítico, los aficionados esperan ver un cambio significativo. Los jugadores tienen todo en juego y deben demostrar que están listos para luchar por su lugar en Primera División.

