En el corazón de Palma, un grupo de vecinos y ecologistas se ha levantado con una voz clara y fuerte: ¡basta ya! La llegada constante de vuelos nocturnos está afectando la calidad de vida de quienes habitan esta hermosa isla. Las noches, que deberían ser un remanso de paz, se han convertido en un incesante ruido que arruina el descanso y la tranquilidad.
¿Hasta cuándo vamos a permitir que el turismo desmedido tire a la basura nuestras noches? Esta es la pregunta que resuena en las calles. La comunidad no solo exige más respeto hacia su bienestar, sino también una reflexión profunda sobre el modelo turístico que hemos adoptado. ¿Es este realmente el camino que queremos seguir?
Una isla saturada
Las Balears han llegado a convertirse en uno de los destinos turísticos más saturados del mundo, recibiendo casi nueve millones de turistas solo en lo que va del 2025. Pero, ¿a qué precio? La presión sobre los recursos locales es inmensa, y mientras algunos celebran cifras récord, muchos sienten que su hogar se convierte en un parque temático.
La situación exige una respuesta urgente por parte del Govern. Los ecologistas advierten: si no actuamos ahora para regular estos vuelos nocturnos, pronto no habrá nada que proteger. Las familias de Son Sardina ya están sintiendo las consecuencias; sus hijos continúan sin poder ir a la escuela debido al ruido constante. Este problema no es solo ambiental, es social.
Así que aquí estamos, una comunidad unida pidiendo cambios reales. No podemos seguir ignorando lo evidente: nuestro hogar merece más respeto.