En una tarde que debería haber sido tranquila, tres hombres se convirtieron en víctimas de la intolerancia en el corazón de Palma. Lo que comenzó como un intercambio verbal entre dos grupos por discrepancias ideológicas terminó en una escena desgarradora. Dos personas de mediana edad, originarias de Pakistán, fueron detenidas por la Policía Nacional tras asestar brutales golpes a estas tres víctimas cerca de un edificio religioso.
El conflicto estalla
Todo sucedió el pasado sábado, cuando los agredidos estaban dentro del centro religioso y un grupo les lanzó amenazas desmesuradas, incluso prometiendo hacer daño a sus hijos mientras trabajaban. Las palabras se tornaron agresivas y, sin previo aviso, los atacantes comenzaron a golpearles con tablas que sacaron de un contenedor cercano. Uno de ellos no dudó en empuñar un puño americano; la violencia se desató sin compasión.
A pesar del caos, varios testigos decidieron intervenir para ayudar a las víctimas y contactaron rápidamente a la policía. Pero los agresores lograron escapar antes de que llegaran las autoridades. El resultado fue devastador: las tres víctimas terminaron con múltiples lesiones, incluyendo una nariz rota y fracturas costales que requirieron atención médica urgente.
Afortunadamente, el Grupo de Homicidios se hizo cargo del caso y empezó a investigar lo sucedido. Gracias a su trabajo diligente, pudieron identificar rápidamente a los dos responsables. Apenas dos días después del ataque, las víctimas reconocieron a sus agresores y llamaron al 091 nuevamente.
Una patrulla llegó al lugar y tras una breve conversación, los agresores admitieron su implicación en esta brutalidad y fueron detenidos como presuntos culpables de delitos graves de lesiones. Este episodio nos recuerda lo crucial que es combatir la intolerancia y defender nuestros espacios comunes.