En un día marcado por la tensión y la incertidumbre, las autoridades rusas han salido a anunciar que han conseguido derribar más de 220 drones lanzados desde Ucrania. Esta cifra incluye a nueve drones que fueron interceptados en la misma región de Moscú, un recordatorio constante de la guerra que se inició hace ya año y medio.
El Ministerio de Defensa ruso, utilizando su cuenta oficial de Telegram, ha desglosado los números: entre esos 221 drones, se encuentran 85 en Briansk, 42 en Smolensk, 28 en Leningrado, y así sucesivamente, con cifras que reflejan una batalla aérea incesante. Lo curioso es que no hay noticias sobre víctimas o daños colaterales, ni tampoco hemos escuchado respuesta alguna del Ejército ucraniano frente a estos alegatos.
Tensión creciente entre naciones
A medida que este conflicto se desarrolla, surgen otras voces que también añaden leña al fuego. Por ejemplo, Netanyahu ha ido más allá al acusar a Sánchez de ser una «amenaza genocida«, simplemente porque el presidente español señaló que España carece de armas nucleares para frenar las acciones israelíes. Y si esto no fuera suficiente, Trump ha hecho eco tras la incursión de drones rusos en Polonia, diciendo: «¡Allá vamos!» Un tono inquietante para tiempos tan convulsos.
No podemos olvidar también las críticas internas; por ejemplo, la pareja de Ayuso está valorando si llevar ante los tribunales al delegado del Gobierno después de una conciliación fallida. Las tensiones están por todas partes y cada decisión parece tener repercusiones mucho más amplias.