En un mundo donde las modas se desvanecen más rápido que un video viral, hay una banda que desafía el paso del tiempo. Burning, esa joya del rock madrileño, sigue en pie como un faro de rebeldía y autenticidad. Este viernes, los inconfundibles acordes de Johnny Cifuentes y su grupo harán vibrar el Coso Balear de Palma, recordándonos que la pasión por la música nunca muere. Con cervezas en mano y manos alzadas al cielo, ¡la fiesta está asegurada!
Una historia que perdura
Formados en 1974, cuando España era un hervidero de cambios y la libertad era solo una esperanza lejana, Burning supo expresar su ansia de vida a través de un explosivo cóctel de rock callejero y rhythm & blues. Influenciados por leyendas como los Rolling Stones y los New York Dolls, pero con ese sabor castizo tan único, crearon un estilo auténtico que resonó antes incluso de que La Movida empezara a tomar forma.
Canciones icónicas como Jim Dinamita, Qué hace una chica como tú en un sitio como este, o Mueve tus caderas son parte de la banda sonora colectiva que nos transporta a noches llenas de gasolina y luces parpadeantes. Pero ojo, no podemos caer en la trampa de verlos solo como nostalgia; Burning es mucho más que eso. A pesar del paso del tiempo y ser Johnny el único integrante original aún en escena, han sabido evolucionar sin perder su esencia.
Mientras otros grupos han convertido el paso del tiempo en marketing, ellos lo han transformado en pura supervivencia. Aunque ya no les llamen los Rolling madrileños —un apodo que alguna vez fue cierto— siguen haciendo del exceso su estandarte. Como Lou Reed cantó sobre Nueva York, ellos lo hicieron sobre Madrid… con más Mahou y menos heroína.
Este viernes será mágico: el Coso Balear se convertirá durante unas horas en un santuario donde resucitarán esos ecos juveniles, esas guitarras reverberantes y estribillos inolvidables. Los que vivieron aquellos setentas revivirán sus mejores momentos mientras quienes descubran a Burning por primera vez entenderán por qué medio siglo después siguen siendo tan relevantes. Porque Burning no es solo música; son la prueba palpable de que si cuidamos nuestro amor por el rock and roll con dedicación y garra, siempre habrá una llama dispuesta a iluminar cualquier escenario.