En el corazón de Palma, el emblemático Bungalow de Ciutat Jardí lleva más de 40 años aferrándose a las rocas. Pero ahora, esa historia podría estar a punto de cambiar. Con un orden de demolición sobre sus cimientos, el futuro del lugar se encuentra en una cuerda floja.
Un legado amenazado
Mientras las tempestades arrecian en Mallorca, no solo el clima es lo que preocupa a los vecinos. Este icónico bungalow se enfrenta a una lucha feroz por su supervivencia. Los recuerdos se entrelazan con la incertidumbre: ¿qué será del lugar donde tantos han disfrutado?
A medida que avanza la noticia, nos encontramos con historias personales. La justicia ha decidido cerrar los ojos ante el sufrimiento de quienes han dedicado su vida al cuidado familiar. “Que vayan no les hará mejorar”, se escucha entre murmullos en los pasillos del aeropuerto de Palma, donde un trabajador ha visto negada su solicitud para cuidar a sus padres enfermos.
Las decisiones sobre nuestro patrimonio parecen ser tomadas sin tener en cuenta el impacto humano detrás de ellas. Cort ha manifestado que no habrá recuperación de licencias para galeras y, además, la comunidad educativa está en pie de guerra contra la incorporación del profesor Miquel Roldán, condenado por acoso. En Son Sardina, los padres han decidido no llevar a sus hijos al colegio como respuesta a esta situación intolerable.
La tempestad sigue azotando Mallorca: lluvias torrenciales inundan tanto el norte como el levante mientras otros temas urgentes quedan relegados. El PP y Vox rechazan la recuperación de la Oficina de Defensa de los Derechos Lingüísticos; algo que nos debería hacer reflexionar sobre nuestra identidad.
Así estamos hoy: entre anuncios preocupantes y luchas cotidianas por nuestros derechos y nuestro legado cultural.