En el corazón de Palma, donde la belleza de la Catedral nos envuelve, se ha desatado una tormenta a raíz de dos caballos que cayeron repentinamente en plena calle. El área de Bienestar Animal ha decidido realizar una revisión extraordinaria a estos animales tras estos incidentes que han encendido las alarmas entre quienes abogan por su bienestar. Las autoridades, en un intento por justificar lo sucedido, apuntan a que los caballos podrían haber resbalado debido a pavimentos no autorizados.
Quejas y acciones legales al horizonte
No obstante, la respuesta del Ayuntamiento ha sido insuficiente para muchos. PACMA, el partido animalista, ha anunciado que estudia emprender acciones legales contra Cort, señalando que el servicio de galeras debería haberse eliminado ya. “Es un modelo cruel y obsoleto”, afirman, argumentando que pone en riesgo no solo a los caballos sino también la imagen de nuestra querida ciudad.
A pesar de las críticas y los dos episodios preocupantes en tan pocos días, desde el gobierno municipal se desestiman alternativas como la compra de licencias para extinguir este servicio. La propuesta es bastante sencilla: reemplazar estas galeras por calesas eléctricas. Sin embargo, esa transición parece más bien un sueño lejano y voluntario según Mercedes Celeste, portavoz del equipo.
Aunque el Ayuntamiento realiza revisiones regulares cada 15 días a estos equinos, la presión social aumenta con cada incidente. Progreso en Verde ha denunciado además que los caballos no solo se cayeron; mostraban claros signos de agotamiento al quedarse inmóviles durante un tiempo prolongado. Y así seguimos esperando… ¿cuánto más tendrán que sufrir nuestros compañeros equinos antes de tomar decisiones valientes?