El Ministerio de Defensa ruso ha hecho una declaración este miércoles que no deja lugar a dudas: su reciente oleada de ataques contra Ucrania, aunque masivos y devastadores, «no incluía objetivos en territorio polaco». Esto llega después de que Polonia interceptara varios drones que irrumpieron en su espacio aéreo, lo que llevó al país a activar el artículo 4 de la OTAN, buscando consultas con sus aliados.
Una madrugada tensa
En un comunicado enviado por Telegram, los rusos argumentan que no había objetivos planeados para atacar en Polonia, asegurando que los drones utilizados en este ataque no volaron más allá de los 700 kilómetros. Sin embargo, el panorama es inquietante; las tropas rusas bombardearon durante la madrugada del miércoles varias instalaciones en Ucrania vinculadas al complejo militar, concretamente en las provincias de Ivano-Frankivsk, Jmelintski y Yítormir, así como en Vínitsia y Leópolis. Estos lugares son cruciales para la producción y reparación de equipos bélicos.
La situación se tornó más grave cuando el primer ministro polaco, Donald Tusk, ante el Parlamento describió la noche como «dramática» tras derribar varios drones rusos. Para él, lo más preocupante es que esto podría ser «una provocación a gran escala». Polonia ya está tomando cartas en el asunto y se encuentra en contacto con la OTAN para asegurarse de actuar eficazmente ante futuras amenazas.