Después de años de espera y promesas vacías, por fin hay luz al final del túnel para el Baluard del Príncep. El Ayuntamiento de Palma, en un esfuerzo conjunto con el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, ha decidido firmar un protocolo que busca reactivar unas obras que parecen haberse quedado atrapadas en el tiempo. ¿La razón? La quiebra de la constructora que dejó todo en un limbo hace ya demasiado tiempo.
Mercedes Celeste, portavoz del equipo de gobierno municipal, no oculta su entusiasmo al anunciar que aún queda un coste pendiente de 1,7 millones de euros. Sí, ese es el dinero que el Ministerio tiene que poner sobre la mesa para volver a dar vida a este proyecto casi olvidado. Pero cuidado, este protocolo no trae consigo compromisos económicos o jurídicos. Más bien establece una especie de marco colaborativo entre las instituciones.
Avance tras avance
El Ayuntamiento se encargará de gestionar toda la burocracia necesaria: autorizarán la intervención, colaborarán con la licitación y se asegurarán de que todo esté listo desde el punto técnico. Mientras tanto, el Ministerio se encargará de financiar y licitar las obras. Y para asegurarse de que no nos quedamos en otro ‘a ver qué pasa’, cada entidad designará a una persona responsable para mantener reuniones periódicas y así controlar cómo avanza esta historia.
A pesar de los obstáculos pasados, parece que ya está ejecutado casi un 92,8% de la obra. Pero no podemos olvidar que esta es solo una parte más amplia; desde 2008 hemos estado hablando sobre un proyecto distribuido en seis fases. Las tres primeras fueron completadas entre 2009 y 2011. Y aunque se esperaba terminar estas últimas fases en 2022, aquí estamos esperando otra vez debido a esa quiebra inesperada.
No obstante, no es solo el Baluard lo que está dando dolores de cabeza al Ayuntamiento; también han tenido que prorrogar otras obras importantes como las Torres del Temple, que necesitarán seis semanas más para ser finalizadas debido a problemas ajenos a la constructora. Así están las cosas por Palma; entre retrasos y esperanzas renovadas.

