En un momento en que las tensiones entre Rusia y sus vecinos son palpables, el Kremlin ha decidido no entrar al trapo sobre las acusaciones de Polonia por el derribo de varios drones rusos que volaban en su espacio aéreo. Este miércoles, desde Moscú, el portavoz Dimitri Peskov se mostró evasivo: «No queremos hacer comentarios de ningún tipo sobre esto. No es de nuestra competencia». Y añadió que, hasta donde él sabe, Varsovia no ha solicitado oficialmente iniciar conversaciones.
Polonia toma cartas en el asunto
Mientras tanto, la situación se calienta. El primer ministro polaco, Donald Tusk, hizo sonar la alarma ante el Parlamento anunciando que invocarán el artículo 4 del Tratado del Atlántico Norte. Este artículo es un mecanismo crucial que permite consultas cuando la seguridad o independencia de un Estado miembro está en juego. Tusk describió una «noche dramática» tras los incidentes con los drones y no dudó en señalar que lo más probable es que estemos ante una «provocación a gran escala» por parte de Rusia.
A medida que las nubes de incertidumbre se ciernen sobre Europa del Este, Polonia busca apoyo y ya está en contacto con la OTAN para asegurarse de poder actuar con eficacia frente a futuras amenazas. La preocupación está presente y las decisiones deben tomarse rápido; nadie quiere verse atrapado en este juego peligroso donde cada movimiento cuenta.