En un inicio de temporada complicado para el Real Zaragoza, donde los números hablan por sí mismos –dos puntos de doce posibles–, Dani Gómez se ha convertido en una luz en medio de la tormenta. Este delantero madrileño no solo ha aportado dos goles vitales, sino que también ha demostrado que puede ser el pilar sobre el que edificar un ataque más sólido. En la última jornada ante el Valladolid, su gol llegó tras un oportuno robo al defensor rival, mostrando así su instinto y hambre por marcar.
Un jugador que responde a la confianza
A pesar de las dudas que rodearon su futuro durante el verano, Dani se quedó y Gabi le dio una oportunidad desde el principio. Y vaya si lo ha hecho bien: sus dos tantos son todo lo que ha logrado el equipo hasta ahora. Recordemos que en su llegada a Zaragoza, sus cifras fueron prometedoras; cuatro goles en 14 partidos no son moco de pavo. Ahora ya lleva la mitad de esos tantos solo en estas primeras jornadas.
La competencia es dura, con Mario Soberón relegado a un segundo plano y Kenan Kodro sumando opciones al ataque. Pero lo que está claro es que Dani se destaca por su velocidad y esa calma bajo presión al definir frente a portería. A medida que avanza la temporada, muchos se preguntan: ¿será este finalmente el año en el que brille como merece? Si hay algo seguro es que necesitamos más balones y menos monocultivo turístico para potenciar esta plantilla y volver a soñar con grandes cosas.