En Selva, la preocupación por el estado de las escuelas antes de que comience el nuevo curso se ha convertido en un tema candente. Con el inicio del año escolar a la vuelta de la esquina, padres y docentes se preguntan si realmente están preparados para enfrentar los retos que se avecinan.
Un panorama desalentador
Este año, el Govern ha decidido aumentar la carga lectiva de los profesores en centros concertados que imparten asignaturas difíciles de cubrir. Pero, ¿es esto una solución o simplemente otra forma de tirar a la basura la calidad educativa? Mientras tanto, se han anunciado 159 aulas modulares listas para acoger a nuestros pequeños estudiantes, cinco más que en septiembre del pasado año. Sin embargo, ¿son estas aulas una respuesta real o solo un parche?
Por si fuera poco, la Universitat de les Illes Balears también enfrenta sus propios desafíos con más de 14.500 alumnos matriculados. «No podemos crecer mucho más; tenemos serias limitaciones de espacio», reconoce uno de sus representantes. Esta situación nos lleva a cuestionar: ¿dónde quedan las promesas educativas?
Las palabras del director Joan Simonet resuenan entre los vecinos: “No creo en la prohibición sistemática”, refiriéndose al debate sobre placas y chalets que ha generado opiniones encontradas. En medio de todo este lío, lo único claro es que hay una necesidad urgente de abordar estos problemas antes de que sea demasiado tarde.
Con cada nueva polémica surge un deseo colectivo por encontrar soluciones efectivas y justas. La comunidad está lista para luchar por lo que realmente importa: un futuro educativo digno para nuestros niños.