Imagina ser un niño que solo quiere jugar, pero se encuentra con un parque infantil que parece más una parrilla al sol. En Es Fortí, uno de los barrios de Palma, hay un lugar en la Plaza Madrid que debería ser un refugio para los más pequeños, pero se ha convertido en una auténtica prueba de resistencia. Durante estas semanas de calor insoportable, salir a la calle es todo un reto y el parque no ayuda precisamente.
El pavimento está lleno de baches y en mal estado, lo que ya es motivo suficiente para preocuparse. Pero lo peor es que muchos de los juegos están hechos de metal y con las temperaturas subiendo como si estuvieran a punto de hervir, esos columpios y toboganes ‘arden’ literalmente bajo el sol. ¿A quién se le ocurre hacer un parque así?
Sin sombra ni alivio
No hay ninguna sombra que proteja a nuestros niños del intenso sol estival. Cuando llega el mediodía y las temperaturas alcanzan su punto máximo, la situación se vuelve insostenible. Las familias miran con desesperación cómo sus hijos apenas pueden disfrutar del espacio sin sentir esa sensación abrasadora. Aunque hay una pérgola cerca, no llega a cubrir el área del parque.
Los más pequeños son los más afectados; el calor acumulado en los juguetes les impide jugar cómodamente. Y mientras tanto, esta infraestructura pública queda expuesta a las inclemencias del tiempo, convirtiéndose en un verdadero problema para todos nosotros.