La historia comienza un caluroso 22 de julio en una gasolinera de la avenida de San Fernando, en Palma. Allí, una mujer argentina de 28 años, dedicada a la entrega de paquetes, se topó con un fajo de 480 euros que un hombre había perdido. En un primer momento, decidió hacer lo correcto y entregó el dinero a los empleados del lugar. Sin embargo, horas más tarde volvió a aparecer como si nada, alegando que quería llevarlo a la policía. Pero sorpresa: esa entrega nunca llegó a suceder.
Una investigación inesperada
La Policía Local no tardó en actuar al recibir la denuncia del hombre que había extraviado su dinero. Fue entonces cuando empezaron a analizar las grabaciones de las cámaras de seguridad de la gasolinera. En esas imágenes quedó claro cómo el hombre dejaba caer el dinero y cómo nuestra protagonista lo recogía.
A pesar de haber entregado inicialmente el efectivo, regresó para reclamarlo y conseguirlo sin más explicaciones. Las cámaras captaron solo parcialmente su matrícula, pero eso fue suficiente para seguirle la pista hasta identificarla. Para entonces, ya estaba claro que esta historia no iba a acabar bien.
El 15 de agosto fue citada por la policía en calidad de investigada y decidió acogerse a su derecho a no declarar. Con este giro inesperado, ahora le toca afrontar las consecuencias de lo que parecía ser un simple hallazgo y terminó convirtiéndose en un asunto mucho más complicado. La Sala de Atestados ha enviado toda la información necesaria a la autoridad judicial para determinar qué pasará con ella.