Este sábado, sobre las siete de la tarde, la escena fue digna de una película. En plena Jefatura Superior de Policía de Palma, un joven argelino, patrón de una patera que había llegado a Mallorca el día anterior, tomó una decisión arriesgada. Mientras esperaba su turno para declarar ante su abogada y un intérprete en las oficinas de Extranjería, decidió saltar por la ventana del primer piso hacia el Paseo Mallorca. ¿Su motivo? Una mezcla de miedo y desesperación que lo llevó a actuar sin pensar.
Una huida llena de tensión
Los agentes encargados de su custodia no pudieron reaccionar a tiempo. El joven se lanzó desde unos tres metros y, aunque sus heridas eran superficiales, se quejaba intensamente del dolor en la cadera. Un momento después, el caos se desató: un luchador de jiu-jitsu que pasaba por allí vio la escena y corrió a detenerlo antes de que pudiera escapar completamente. Entre nerviosismo y confusión, los policías nacionales llegaron rápidamente para controlar la situación.
El chico estaba visiblemente alterado; su mente parecía estar atrapada entre la adrenalina del salto y el temor a lo que le esperaba tras ser detenido por favorecer la inmigración irregular. Los servicios sanitarios no tardaron en llegar al lugar con una ambulancia del Servei d’Atenció Mèdica Urgent (Samu-061), donde le administraron sedantes para calmarlo antes de trasladarlo al hospital Son Espases.
Todo esto nos recuerda lo duro que es el camino para muchos migrantes, dispuestos a arriesgarlo todo por una vida mejor. La historia detrás de cada persona es un reflejo del sufrimiento y las esperanzas que llevan consigo.