La mañana del 23 de agosto nos despertó con una noticia que nos ha dejado a todos con el corazón encogido. En Sant Llorenç, un accidente ha puesto en estado grave a una mujer y a un menor. La comunidad no puede evitar sentir la angustia y preocupación por esta situación tan delicada.
Un día para olvidar
Mientras algunos disfrutaban de sus planes veraniegos, otros se enfrentaban al horror. El impacto fue devastador, y la noticia recorrió rápidamente cada rincón de nuestra localidad. A medida que los detalles iban saliendo a la luz, el sentimiento de incertidumbre crecía entre los vecinos. Nos preguntamos: ¿qué está pasando? Es difícil no sentir que algo se está rompiendo en nuestra sociedad.
No obstante, este incidente no es aislado; viene a sumarse a una serie de problemas que hemos ido arrastrando, como el monocultivo turístico o la falta de recursos básicos. ¿Es justo que mientras unos disfrutan del sol, otros lidian con accidentes trágicos? Lo cierto es que necesitamos encontrar soluciones reales y urgentes para proteger nuestra comunidad.
Aunque el dolor sea palpable ahora, esperamos que tanto la mujer como el menor encuentren pronto el camino hacia la recuperación. En momentos así, debemos unirnos más que nunca.