En un rincón pintoresco de Suiza, Thibaud Monney, un joven aventurero de 29 años, ha lanzado una propuesta que promete revolucionar la manera en que encontramos el amor. ¿La idea? Un ‘Tinder de las montañas’, donde los cuadernos rojos se convierten en el hilo conductor entre almas solitarias que buscan más que una simple cita.
Todo comenzó cuando Thibaud decidió dejar su huella en la cima de la Dent de Broc. Con un gesto casi poético, escribió: «La próxima vez seremos dos» junto a su número de teléfono. Sin esperarlo, su teléfono sonó poco después y sus amigos le alentaron a seguir con este experimento. Así nacieron los cuadernos rojos en varias cumbres del cantón de Friburgo.
Conexiones auténticas entre senderos
La mecánica es sencilla y encantadora: cualquier excursionista puede anotar su nombre, edad y un pequeño mensaje sobre sí mismo. Solo quienes logran llegar a la cima pueden acceder al contenido, creando así un filtro natural que añade emoción al encuentro. Imagina encontrar una nota que dice: «Me encantan las caminatas suaves… y una copa de vino después»; eso fue lo que hizo Cathy cuando dejó su mensaje en Wandflue.
Siete días más tarde, Patrick se armó de valor y decidió escribirle. Hoy son pareja, compartiendo no solo su amor por el senderismo sino también por lo inesperado que puede ser el destino.
Cathy asegura con alegría: «Un amor compartido por la naturaleza es un buen filtro». Y no es solo ella; Thibaud ha recibido innumerables historias sobre corazones que han encontrado su camino gracias a esos simples cuadernos. Incluso él ha caído enamorado tras hacer una entrevista relacionada con esta singular iniciativa.
Así, mientras subimos montañas y disfrutamos del aire fresco, hay algo más grande en juego: conexiones humanas genuinas que florecen entre paisajes espectaculares. Una forma innovadora y romántica de recordar que a veces el amor está justo al otro lado del siguiente pico.