En la plaza Fortí, un agente de la Policía Local detiene a un conductor de patinete eléctrico. La escena se ha vuelto habitual desde que entró en vigor la nueva ordenanza cívica en Palma a finales de mayo. En poco más de un mes y medio, se han registrado 2.058 actas por comportamientos incívicos, ¡y los patinetes se llevan casi un tercio de ellas!
Un mar de infracciones
Casi la mitad de estas sanciones están relacionadas con el uso irresponsable: falta de seguro. Desde ahora, los conductores deben tener una póliza de responsabilidad civil que cubra al menos 120.000 euros; no cumplir con esto puede costarles hasta 750 euros y, además, les inmovilizan el patinete. Entre mediados de junio y finales de julio, la Policía registró 357 actas solo por este motivo. Pero eso no es todo: otras 356 actas apuntan a infracciones como no llevar casco o circular con más de una persona.
Aparte del tema patinetero, otros comportamientos también han tenido su cuota: se levantaron 435 actas por venta ambulante de alcohol, 277 por el top manta y 248 por hacer botellón. Y si miramos hacia las zonas turísticas en plena temporada alta, encontramos acciones muy comunes como las 134 intervenciones contra servicios no autorizados —desde ventas de fruta hasta masajes en las playas— y otras tantas contra trileros.
Curiosamente, desde Cort informan que no han registrado ninguna sanción a músicos callejeros ni caravanistas; aunque sí hay vigilancia en esas áreas donde surgen quejas vecinales sobre ruido o desorden. Por otro lado, los turistas también están bajo la lupa: ya se han multado a 30 clientes por comprar en el top manta, enfrentándose a multas que rondan los 750 euros.
La normativa ha cambiado el juego; ahora incluso se puede sancionar a quienes compran productos ilegales. Así que este verano nos toca estar atentos no solo a las normas sino también a cómo disfrutamos nuestra ciudad sin tirarla a la basura con actos incívicos.