El Deportivo Alavés ha encontrado en Abde Rebbach un resquicio de esperanza. El joven argelino, que parecía tener sus días contados en el equipo, salió al campo contra el Levante como si le fuera la vida en ello. Junto a Mariano, fue uno de los primeros cambios que realizó el Chacho Coudet, y vaya que su entrada fue un soplo de aire fresco para un ataque que pedía a gritos más verticalidad.
Un cambio inesperado pero efectivo
Muchos pensaban que Abde no tenía cabida en los planes del entrenador, ya que su presencia había sido casi nula durante la pretemporada. Sin embargo, cuando el sábado apareció como revulsivo, dejó claro que estaba dispuesto a demostrar lo contrario. Su actuación fue una inyección de energía: encaró con valentía por la banda izquierda y se convirtió en una auténtica pesadilla para la defensa rival.
Con cada balón que tocaba, dejaba entrever su intención de buscar a Toljan y aportar velocidad al juego. Puso dos centros peligrosos, uno de los cuales hizo sudar frío al portero Pablo Campos. Abde no solo participó; transformó completamente el rumbo del partido. Aunque Tenaglia se llevó los aplausos finales, es justo reconocer el papel fundamental del extremo argelino.
A pesar de la búsqueda continua del club por otro extremo en el mercado, este destello de calidad podría cambiar las cosas para Abde. Tras dejar buenas sensaciones en un amistoso previo ante el Eibar y ser elegido por Coudet como primer cambio en este inicio liguero, parece que su historia aún tiene capítulos por escribir. Quizás aún no esté cerrado ese camino hacia un lugar fijo en el once titular.