Francesca y Aina Busquets, dos hermanas nacidas en el pintoresco Banyalbufar, han logrado alcanzar la cima del ballet en el prestigioso teatro Mikhailovsky de San Petersburgo. Esta semana, ambas brillaron con luz propia en la Gala de Dansa de Ballarins Mallorquins, un evento que tuvo lugar en el mágico patio del castillo de Bellver. Sin duda, su talento y dedicación están dejando huella.
El reconocimiento en Rusia y la pasión por el arte
Aina, con una sonrisa llena de satisfacción, cuenta cómo es ser reconocida mientras hace la compra: «¡Tú eres el hada de La bella durmiente!». Esa admiración hacia los bailarines clásicos en Rusia es palpable; allí son auténticas estrellas al nivel de los futbolistas aquí. Francesca añade: «Las entradas pueden costar 400 o 500 euros y la gente paga sin dudarlo porque el ballet forma parte de su cultura».
Ambas artistas han recorrido un camino lleno de sacrificios desde sus inicios en la Escola Municipal de Música i Dansa d’Esporles hasta mudarse a Madrid para formarse en el conservatorio más renombrado del país. Pero no solo se trata de técnica; también han tenido que desarrollar una fortaleza mental impresionante. «Lo primero es tener fuerza mental y determinación», subraya Aina.
En medio del bullicio y glamour del ballet, nunca olvidan sus raíces. Francesca destaca la importancia del apoyo local: «Agradezco a quienes apoyan esta iniciativa; el ballet es un patrimonio que nos pertenece a todos». Las hermanas sueñan con ver un futuro Ballet de les Illes Balears donde puedan continuar desarrollando su carrera.
A pesar del éxito actual, saben que todo puede cambiar rápidamente. «Hoy estoy aquí y mañana quién sabe», reflexiona Aina sobre las incertidumbres de su profesión. Lo cierto es que mientras disfrutan cada paso sobre el escenario, tienen claro que lo fundamental es seguir trabajando día a día para mejorar su arte.