En un giro inesperado de los acontecimientos, Vladimir Putin ha lanzado una propuesta que deja a muchos rascándose la cabeza. ¿Qué tal si se queda con toda la región del Donbás, que es prácticamente el este de Ucrania, a cambio de parar su ofensiva? Sí, así como lo oyen. Este líder ruso busca congelar sus ataques en el sur y frenar cualquier nuevo bombardeo en todo el país como condición para sentarse a charlar sobre la paz.
Según han revelado fuentes cercanas a esa cumbre que mantuvo hace unos días en Alaska con Donald Trump, si las fuerzas ucranianas se retiran del Donbás, que incluye las provincias de Donetsk y Lugansk, entonces Putin prometió detener la ofensiva en lugares como Zaporiyia y Jersón. ¡Menuda jugada!
Paz o guerra: una elección complicada
No solo eso; también se compromete a poner fin a los ataques aéreos. Pero no nos dejemos engañar. Mientras habla de paz, sigue insistiendo en demandas básicas que son difíciles de ignorar: quiere que Ucrania renuncie al estatus nuclear y que se mantenga alejada de la OTAN. En otras palabras, quiere marcar el territorio y hacer las cosas a su manera.
Moscú ya controla aproximadamente el 70% de Donetsk, aunque aún hay un cinturón defensivo bajo control ucraniano que es vital para evitar futuras agresiones. La situación es tensa y cualquier movimiento mal calculado podría dejar al país vulnerable.
Y mientras todo esto sucede, Trump se muestra dispuesto a considerar algún tipo de protección internacional para Ucrania… pero siempre sin involucrar a la OTAN. ¡Vaya lío! Este lunes tendrá una crucial reunión con Zelenski, donde seguramente no faltarán las miradas desafiantes.
A pesar de todo esto, Zelenski ha dejado claro que ceder territorios no es opción para él. Las palabras pueden ser suaves, pero las decisiones son firmes.