Un centenar de periodistas de las Islas Baleares se han unido para condenar el asesinato brutal de civiles y profesionales en Palestina. Es un grito desesperado que resuena entre todos nosotros, una llamada a no permanecer en silencio ante la injusticia. En estos tiempos convulsos, donde la vida parece perder su valor, ellos nos recuerdan que cada víctima tiene un nombre y una historia.
La solidaridad que trasciende fronteras
Este acto de unidad va más allá del simple hecho noticioso; es un acto de humanidad. Ellos saben que lo que sucede al otro lado del mundo también nos afecta aquí, en nuestra comunidad. “No podemos mirar hacia otro lado”, dicen algunos de ellos con una determinación palpable. Y tienen razón. Nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia realidad, donde los problemas sociales también claman por atención.
Aparte de esta denuncia urgente, otras voces se levantan pidiendo cambios significativos en temas locales como la recuperación del tren de Sóller o los servicios públicos para residentes. La frustración está presente: “Si eres residente, parece que no cuentas”, afirman jóvenes cansados de ser ignorados por las políticas turísticas que favorecen a unos pocos.
Todo esto es parte de un panorama más amplio donde los intereses económicos parecen primar sobre el bienestar colectivo. Es hora de cuestionarnos hasta dónde estamos dispuestos a permitirlo y qué pasos estamos dispuestos a dar para cambiarlo.