En Madrid, a 14 de agosto. La noticia ha caído como un jarro de agua fría. La Fiscalía de Colombia ha decidido imputar a cuatro individuos por homicidio agravado consumado en el trágico caso del asesinato del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe. Este lunes, después de dos largos meses luchando por su vida tras recibir varios disparos durante un acto de campaña en las afueras de Bogotá, Uribe nos dejó. Una pérdida que nos duele profundamente.
El comunicado oficial no deja lugar a dudas: se habla de la planeación y ejecución del magnicidio que tuvo lugar el pasado 7 de junio en el occidente bogotano. Los nombres ya han salido a la luz: Elder José Arteaga Hernández, conocido como ‘El Costeño’, señalado como el presunto autor intelectual; Cristian González Ardila, el menor que apretó el gatillo; Katherine Andrea Martínez, alias ‘Gabriela’, quien le facilitó la pistola Glock al joven; y William Fernando González Cruz, quien habría sido su chofer tras cometer el crimen.
Nuevas pruebas y conexiones peligrosas
No solo eso, sino que también se les ha imputado por un delito adicional de «concierto para delinquir agravado» a Martínez y González Cruz, pues han aparecido nuevas pruebas que complican aún más su situación. La Fiscalía recuerda que estas personas están formalmente vinculadas al caso y continúan tras las rejas mientras se investiga más sobre otros posibles implicados.
No podemos olvidar cómo Miguel Uribe Turbay fue abatido: recibió disparos en la cabeza y en una pierna mientras estaba en plena campaña electoral en Fontibón, una localidad vibrante pero ahora marcada por esta tragedia. Es un momento crítico para nuestro país, uno donde la violencia parece no tener fin.