La alegría desbordante de la NASCAR Xfinity Series se convirtió en un momento de angustia. Connor Zilisch, el prometedor piloto de tan solo 19 años, celebraba su reciente victoria en Watkins Glen cuando, en un giro inesperado del destino, sufrió una aparatosa caída que lo llevó directo al hospital con una clavícula rota.
Un festejo que salió mal
Todo comenzó cuando Zilisch, emocionado tras conseguir su sexta victoria de la temporada, decidió subirse al techo de su Chevrolet n.º 88 para compartir la euforia con sus seguidores. Pero no todo salió según lo planeado. En un descuido, su pie quedó atrapado en la malla de la ventanilla y, sin poder evitarlo, cayó torpemente al suelo. El sonido del impacto resonó como una campana de advertencia para todos los presentes.
Apenas unas horas después del accidente, él mismo compartió a través de sus redes sociales que tenía una clavícula rota, pero también dejó claro que las tomografías no mostraban lesiones graves en su cabeza. “Gracias a todos por sus mensajes”, escribió Zilisch. “Salí del hospital y ya estoy en proceso de recuperación. Agradezco enormemente a los médicos por su rápida atención; podría haber sido mucho peor”. Lamentablemente, esta caída le costará no estar presente en la siguiente carrera del domingo.
No obstante, el incidente no fue el único accidente notable ese día. Durante la vuelta 74 de la carrera, Austin Hill se vio envuelto en otro choque cuando intentaba adelantar a Michael McDowell; un error que terminó causando caos y obligó a detener la carrera debido a los daños en las barreras.
“Intentaba superar a Connor lo más rápido posible porque se alejaba”, declaró Hill sobre el momento del accidente. “Pensé que tendría una oportunidad de luchar por el triunfo”. En resumen, un día que comenzó con celebraciones terminó siendo recordado por las caídas y los accidentes sobre la pista.