En Menorca, la situación del agua ya no puede ignorarse. Las reservas hídricas han descendido hasta un alarmante 43% este julio, lo que supone cinco puntos menos que el mes anterior. Este descenso no es solo una cifra; es una realidad que afecta a todos los que vivimos aquí.
A medida que nos adentramos en el verano, el clima caluroso y la creciente demanda de agua por parte del turismo están poniendo en jaque nuestros recursos naturales. Muchos de nosotros nos preguntamos: ¿hasta cuándo vamos a dejar que esta situación continúe? Nos enfrentamos a un dilema preocupante.
Un llamado a la acción
Las voces de quienes aman nuestra tierra se alzan cada vez más fuerte. Desde las organizaciones locales hasta los ciudadanos de a pie, todos coinciden en que no podemos seguir tirando a la basura nuestro patrimonio natural. “Es hora de tomar decisiones valientes”, dice uno de los activistas ambientales que ha estado luchando por proteger nuestras reservas.
No solo son cifras frías; son ríos secos y campos agrietados que claman por ayuda. Y mientras tanto, seguimos viendo cómo se desarrollan proyectos turísticos insostenibles, como si no hubiera mañana. La presión inmobiliaria no da tregua y parece que nuestros espacios naturales no tienen descanso ante este monocultivo turístico.
¿Qué futuro queremos para nuestras islas? Está claro que hay caminos alternativos, pero debemos actuar antes de que sea demasiado tarde. ¡No dejemos que nuestra hermosa Menorca se convierta en un recuerdo!